martes, 23 de septiembre de 2014

Dejar de estudiar: Por qué no te conviene abandonar los estudios



Antes de la denominada crisis, algunos de mis compañeros de clase (en la E.S.O. y en Bachillerato) pensaban que estudiar era una opción más, pero se equivocaban. De hecho, algunos abandonaron los estudios; dejaron de estudiar para irse a la construcción porque ganaban mucho dinero y no les pedían esa educación que a ellos les estaba costando tanto conseguir. Sin embargo, lo que en principio pintaba como una vida "fácil" de ganar dinero sin esfuerzo intelectual se convirtió, por causas ajenas a nosotros, en una trampa.

Ahora son ellos quienes acuden al Bachillerato nocturno para terminar lo que nunca acabaron por pereza, miedo al fracaso, ganas de tener dinero, etc. Seguro que tú también conoces a alguno que se lo está pensando. ¡Espero que no seas tú! Y, si lo eres, déjame darte algunas razones para no abandonar los estudios. Y ojo, que no soy ni tu madre, ni tu amiga, ni siquiera te conozco. Pero, precisamente por eso, puedo ser más objetiva en lo que te voy a decir:
  • Si dejas los estudios ahora... los tendrás que retomar después. Antes o después te volverás a encontrar con la necesidad de tener un título para optar a algún trabajo que te guste. El mundo es el lugar más competitivo que te puedas imaginar, y esto significa que, por mucho que a ti te guste algo, si a un amigo tuyo también le gusta y tiene más educación que tú, se lo va a llevar él. Eso duele. Y más aún si no es un amigo, sino cualquiera que pase por la calle.

  • Puede que lo que no te gusten sean los profesores. Muy probablemente, diría yo. No conozco a nadie que haya estado contento 100 % (ni 50 % a veces) con sus profesores. Sin embargo, por suerte o por desgracia son ellos los que tienen la misión de enseñarte y, aunque no aprendas ni la mitad de lo que deberías, estarás aprendiendo otras cosas: qué no hacer, cómo no ser, cómo no explicar, cómo no tratar... Eso en el peor de los casos. En el mejor, encontrarás aunque solo sea a uno que merezca la pena y te haga seguir adelante. Solo por eso merece la pena. Te lo digo yo, que le debo a mi profesor de la E.S.O. mi amor por el inglés.

  • El dinero no lo es todo. Salvo casos muy concretos en los que se trata de mantener a tu familia, el dinero puede esperar. Si tus padres te han llevado hasta donde estás, no vayas a tirarlo todo por la borda ahora. Piénsalo, tampoco hay otra opción factible de ganarte la vida a día de hoy. Incluso si te ofrecieran un trabajo, todos sabemos que eso es efímero; hoy está aquí y mañana ya no. Y los cursos duran un año, no hagas el tonto.

  • Cuanto más avances en tus estudios, más posibilidades tendrás de elegir lo que te gusta y especializarte. Si de todas las asignaturas que tienes ahora solo te gusta, por ejemplo, Economía, en solo un par de añitos podrás elegir una carrera que se especialice en eso (¡pero recuerda que, aun así, siempre habrá asignaturas que no te gusten! ¡Incluso en la carrera!).

No sé a ti, pero a mí me parece unas razones bastante sólidas como para pasarlas por alto.
Y tú, ¿cómo lo ves?

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